Las fachadas pueden limpiarse con productos químicos, entre los cuales se encuentran: ácidos, fungicidas, productos
anti-graffiti...
Una vez limpia la superficie de la fachada, se aplica directamente sobre ella un producto protector, hidrofugante e incoloro
para protegerla y evitar en lo posible que vuelva a presentar problemas de suciedad.
Lo mas habitual para limpiar fachadas muy deterioradas es utilizar la tecnología a base de
chorro de agua, menos abrasivo que el chorro de arena (desgasta menos las superficies).